Durante el ciclo productivo del mejillón, una etapa fundamental es la captación de semillas, que se lleva a cabo en Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB) autorizadas, Centros de Cultivo Acuicultura, Áreas de colecta y Polígonos Especiales de Colecta (PEC). Para incrementar la producción, es necesario cuantificar los sectores disponibles para la colección de semillas y/o engorda.
Según el estudio final del “Programa de Monitoreo y Vigilancia de Disponibilidad Larval de Mitílidos para la Sustentabilidad de la Actividad de Acuicultura en el Mar Interior de Chiloé (región de Los Lagos) y Estero Pitipalena (región de Aysén)”, se observó una disminución de recolección de semillas en las áreas habituales utilizadas para este propósito en 2012. Esta situación generó preocupación no solo en el ámbito productivo, sino también involucró a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura.
Además, en los últimos años se ha observado que en determinados sectores el tiempo de engorda ha excedido los dos años, lo cual indica una menor disponibilidad de alimento. Estos temas no han sido completamente comprendidos ni se han dado explicaciones claras. En el caso particular de la disminución de la disponibilidad de semillas, existen diversas interrogantes sin respuesta.
Por lo tanto, es esencial realizar un monitoreo que incluya variables ambientales (oceanográficas y meteorológicas) y la abundancia de fitoplancton. Esto implica llevar a cabo muestreos cualitativos y cuantitativos del fitoplancton. La ausencia de fitoplancton en el agua afecta negativamente los rendimientos productivos de la engorda de los moluscos. Cuando los mejillones están en estado de inanición, no crecen lo suficiente para alcanzar el tamaño adecuado para su comercialización en los mercados internacionales. Los costos asociados a su proceso y cosecha hacen necesario producir mejillones de gran tamaño para rentabilizar los proyectos.