La salud de los peces y la sostenibilidad están estrechamente relacionadas. Cada pérdida está vinculada no solo a la reducción del bienestar sino también a un uso menos sostenible de los recursos. Es importante destacar que la industria de la salmonicultura se basa en altos estándares de manejo y bienestar animal, y se implementan prácticas para garantizar la salud y el bienestar de los peces en los centros de cultivo. Esto incluye atención veterinaria adecuada, monitoreo constante de la salud de los peces y la implementación de medidas
preventivas para minimizar el riesgo de enfermedades. Sin embargo, es necesario el desarrollo de nuevas tecnologías para la industria acuícola en los diferentes procesos que involucran manipular a los peces.
En ese contexto se busca obtener datos morfológicos evitando la manipulación de los peces, debido a la necesidad de optimizar la alimentación diaria, controlar las densidades de la crianza y finalmente determinar con exactitud la fecha de cosecha. Sin embargo, ha sido un arduo trabajo, ya que es difícil estimar la biomasa de los peces sin la intervención humana debido a que los ejemplares son sensibles y se mueven libremente en un ambiente donde la visibilidad, luz y estabilidad son inestables.
En este desafío se buscan soluciones que permitan detectar variables como crecimiento (peso y longitud), enfermedades, piojos de mar, lesiones, incluso expresiones faciales que pueden ser indicadoras problemáticas que no están siendo detectadas actualmente de
forma no invasiva. Tener la posibilidad de aislar al pez que necesita un tratamiento en particular, contribuiría a que la extensión de la enfermedad y el tratamiento se reduzca drásticamente.
Por lo tanto, la implementación de tecnologías de monitorización se trata de herramientas muy necesarias para salvaguardar el bienestar animal, permitiendo no estresar a los peces mientras se les realiza seguimiento productivo.