Se han empleado diversos métodos para detectar el desove en los bivalvos y determinar el momento en que alcanzan la madurez sexual y están listos para reproducirse. Actualmente, los productores utilizan un método manual y artesanal que consiste en abrir los mejillones y realizar una serie de observaciones visuales.
Este método implica la visualización del color carnoso del chorito, la observación del fluido lechoso y la identificación de ovas potenciales que estén listas para ser liberadas. Según lo observado, se toma la decisión de preparar los colectores adecuadamente. Sin embargo, debido a la naturaleza subjetiva de esta observación, existe el riesgo de cometer errores. Si se realiza una evaluación errónea, es posible que los colectores se instalen demasiado tarde, lo cual retrasaría todo el ciclo productivo de los mejillones y generaría importantes consecuencias económicas negativas. Por lo tanto, es crucial mejorar los métodos de detección de desove para reducir la subjetividad y minimizar los posibles errores en la toma de decisiones.
Es importante monitorear continuamente y de forma temprana la madurez sexual, para preparar en temporada correcta los colectores para captar semillas de mejillones.
Otro método más preciso consiste en cortar secciones histológicas de la gónada , pero es costoso, lleva mucho tiempo y requiere el sacrificio del animal. La técnica alternativa, utilizada con más frecuencia, es la de tomar un frotis de la gónada o extraer pequeñas muestras de las gónadas de varios individuos y observarlas bajo el microscopio. A veces se utiliza el índice gonadal (peso de la gónada dividido por el peso de las partes blandas, multiplicado por 100). Generalmente en los criaderos se sigue una rutina estricta para preparar a los adultos para el desove y la mayoría de los técnicos de criadero aprenden enseguida a reconocer cuándo ha alcanzado el animal la madurez y está listo
para el desove con un examen microscópico de la gónada.